Tamara es de Barcelona y Jesús vive en Badajoz. Para ella, la distancia es un obstáculo insalvable, pues nunca se separaría de sus padres, con los que aún vive. “Si yo me mudo alguna vez, sería a una casa al lado de la de mi madre”, ha dicho; algo que a Jesús no le ha hecho demasiada gracia.
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