Antes de conocer a Rubén, Carlos Sobera le ha dado un regalo a Raquel de su parte. Era un obsequio muy peculiar que la soltera casi no se ha atrevido ni a tocar; una especie de calavera de animal que, como ha explicado luego, Rubén siempre lleva encima y le hace gracia. De hecho, hasta tiene nombre: Ojazos, y ha cenado con ellos.
↧